julio 29, 2006

Guía para "AFILAR TU HACHA"

PARA INSPIRARNOS:
"Cuando buscamos la excelencia, no solo hacemos un acto, sino que nos ponemos en camino de crear un hábito." (Aristóteles)
"No confundamos el movimiento, con la acción." (Ernest Hemingway)
"El saber, es sacar a la luz que hay en nosotros, más que el abrir puertas para que entre lo externo" (Platón)
"Puedes mantenerte tranquilo eligiendo la seguridad, o bien arriesgarte a crecer. Aunque el camino del crecimiento será arduo, porque debes elegirlo, una y otra vez, y deberás superar tus miedos también, una y otra vez. Pero solo así podrás crecer" (Abraham Maslow)
"Lo que más importa, nunca debería estar a merced de aquello que importa menos." (Goethe)
"Las personas de éxito, hacen muchas cosas que NO necesariamente le gustaría hacer. Pero quienes fracasan, NO hacen lo que NO les gusta hacer, porque su gusto se subordina a la fuerza de sus propósitos." (E. M. Gray)
"La educación no es precisamente prepararnos para la vida adulta, sino es un proceso de crecimiento y desarrollo continuo, desde el nacimiento hasta la muerte." (Stephen Mitchell)

EL CUENTO DE "LA IMPORTANCIA DE AFILAR EL HACHA":
Un hombre llegó a un campo de leñadores en las montañas, en busca de trabajo. Deseaba ganar mucho dinero porque su familia lo necesitaba. Se sabía fuerte y con gran capacidad de trabajo, y es así que lleno de entusiasmo, empezó su primer día trabajó arduamente. Y como resultado, pudo cortar muchos árboles. Que bien... esto va muy bien, se dijo!!!
En el segundo día, él trabajó tanto o más esforzadamente que el primero, pero sucedió que su rendimiento apenas fue la mitad del primer día. Y bien, en el tercero se propuso entonces mejorar su rendimiento, y trabajar aún con más ahínco. Así se concentró intensamente y aplicó todo su empeño y todas sus fuerzas dando sus más fuertes hachazos contra los árboles, pero eso de nada le sirvió. Su rendimiento empeoró... Observó a un lado a uno de sus compañeros, que mantenía un rendimiento constante y sin necesidad de trabajar tantas horas como él lo hacía, vio que se tomaba descansos, y que parecía estar siempre relajado y pleno de energía. Se preguntó: ¿y cuál será el secreto que lo mantiene así?

El capataz, viendo el gran entusiasmo que le ponía, pero los pobres resultados que obtenía en su trabajo de joven leñador, le preguntó, "¿Oye amigo, y cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?" El joven le respondió, "No, pues no lo he hecho, NO he tenido tiempo de hacerlo; he estado muy ocupado cortando árboles". Más, en ese momento él se dio cuenta del aquel secreto de su compañero de trabajo: Cada vez que él se tomaba un descanso, utilizaba parte de ese tiempo en afilar su hacha... (Adaptación libre de un relato de la tradición judía)

PREGUNTAS PARA HACERNOS:
¿Y tú, te tomas el tiempo necesario para renovar las dimensiones de tu propia naturaleza (el afilar tu hacha, el reparar su mango, el descansar para tomar fuerzas, el beber algo, etc..? ¿Te das cuenta? Que tú mismo eres el único instrumento con que cuentas para realizar tu aportación vital. ¿Y te ocupas de preservarlo y cuidarlo bien, como tu único instrumento? ¿Te detienes, de vez en cuando, a "afilar tu hacha", a renovar tus propias capacidades, a esas que te son tan necesarias para atender adecuadamente tus deberes y tus responsabilidades?

PARA REFLEXIONAR:
Es necesario darnos cuenta de que somos nosotros mismos los instrumentos para nuestro propio desempeño. Y es así que necesitamos conservarnos y potenciarnos como un valioso activo, renovando integralmente, en todas las dimensiones de nuestra propia naturaleza: la física, la mental, la social, la emocional y la espiritual. Revisando nuestras relaciones con lo que somos, con que tenemos y con lo que hacemos. Stephen R. Covey en su excelente libro "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva", considera que en esta tarea de renovación, necesitamos ser proactivos, es decir ser capaces de planear con equilibrio y tomar acciones efectivas, ya que lo que hagamos en una dimensión de nuestra vida, pues nos afectará en las demás. Y que esa renovación equilibrada, pues tiene una calidad sinérgica (sinergia = el resultado es mayor que la suma partes, por ejemplo 2+2=5), o sea que al progresar en cualquiera de esas dimensiones, acrecentamos nuestras otras aptitudes. De igual modo, si es que descuidamos alguna área, afectaremos negativamente a las restantes.
Eso es fácil de entender, considerando algo que bien sabemos: nos es difícil ser amistosos (área socio/emocional) cuando estamos exhaustos o cansados (área física). Y que también, si nos sentimos muy motivados y en coherencia con nuestros principios (área espiritual), pues nos es mucho más fácil concentrarnos en nuestros estudios y nuestros deberes (área mental) y ser más afectuosos con nuestro entorno (área socio/emocional).

ACCIONES:
Hay varias formas de trabajar en el empeño de conseguir tener una auto-renovación equilibrada:

En la dimensión física: Por ejemplo hacer ejercicio físico, nutrirnos bien, administrar nuestras tensiones (stress), mantener nuestro tono vital lo más saludable posible. ¿Y tú, crees que descansas lo suficiente? ¿Qué duermes bien? ¿Qué haces suficiente ejercicio como para mantener tu cuerpo activo, flexible, fuerte y resistente?

En la dimensión socio/emocional: Creando nuevas amistades, y fortaleciendo las que ya tenemos, esforzándonos en ayudar a los demás incondicionalmente, en escucharlos, en atender a sus emociones considerándolas como nuestras, como propias y en ayudarles a desarrollar su propia autoestima. ¿Y tú crees que efectúas "depósitos de amor incondicional" entre tus amigos? ¿Qué ejercitas tener una comunicación con empatía (identificada con tu oyente) y qué buscas como cooperar creativamente con tus semejantes, con tu entorno...? ¿Y también eso mismo, todo esto, te lo aplicas a ti mismo...? ¿De verdad, te quieres, ?....

En la dimensión mental: Leer, visualizar, reflexionar, planear, escribir, desarrollar talentos y aprender nuevas habilidades. ¿Y tú crees que reconoces (y que sabes) cuales son tus dones, y cuales tus habilidades, y además sabes como puedes hacer para desarrollarlas e incrementarlas? ¿Y te es claro cuánto tiempo le destinas a tu capacitación personal?

En la dimensión espiritual: Meditar, reflexionar, leer temas que nos inspiren, y renovar las conexiones y nuestro compromiso con la vida, conversar con nuestros amigos, reafirmar nuestros principios. ¿Y tú, es qué destinas un tiempo a estar contigo mismo, para conocerte mejor, y saber qué es lo que quieres? ¿Y tú te mantienes en buena forma, y desarrollas tu propia conciencia moral? ¿Sabes (y puedes expresar) cuáles son tus valores, y cuales tus modelos más íntimos (y reconoces a quién quieres imitar) y si ellos, esos modelos, son afines con tus valores?

CONCLUSIONES:
Desde luego será una excelente inversión si es que dedicamos algún tiempo a confeccionar una lista de cuales son nuestras actividades renovadoras (“las que afilan nuestra hacha”) cuales de ellas son las que podemos y cuales las que debemos emprender, y que sean adecuadas a nuestro propio estilo de vida, y que nos ayuden verdaderamente a mantener un buen estado físico, emocional, mental y espiritual. Y desde luego, tener una actitud de firme de auto-compromiso al incluir esas actividades, las que hayamos seleccionado, como metas propias en nuestro plan semanal, mensual o anual. Recuerda que tu “hacha, como todas se irá estropeando con el uso o con el pasar del tiempo".... que es necesario renovarla, “afilarla” de vez en cuando... o no?

1 comentario:

EPIFANIO QUIROS TEJADO dijo...

¡Excelente! Me ha gustado mucho porque atiende a todos los aspectos de la persona. Muy bueno.

 
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